Carlos Reyes / @ElTalCarlitos
Rafael Márquez saltó al ruedo para defender a los futbolistas mexicanos que han sufrido y sufrirán la consecuencia de tener muchos extranjeros en la Liga MX. Algunos periodistas estuvieron de acuerdo en que los compatriotas fueran los menos. La realidad es que esta iniciativa no podrá tomar forma o no podrá juzgarse hasta que se lleve a cabo, hasta que se tengan bases para decir que sí es mejor más extranjero o menos extranjero. Así de fácil.
Antes de aterrizar el tema me di a la tarea de preguntarles a quince personas qué era lo que pensaban de la Regla 10/8 de la Liga MX, a lo que ocho de ellos respondieron que estaban en contra, cuatro dijeron que les agradaba la idea y tres no tenían real conocimiento de lo que sucedía. Intenté que este acercamiento fuera con personas cercanas al deporte y así fue como llegué a ese resultado.
No es ningún secreto que nuestro amado futbol está otorgado a solo unos cuantos, es del poder de muy pocos y los intereses son los que rigen a la hora de tomar decisiones. A todo esto resulta muy sencillo hablar de esta nueva regla, nadie pueden tener un millón de dólares en su cartera y no gastarlo nunca.
Vamos a poner un ejemplo muy claro. Aquí es donde todos puede darme un golpe en la cabeza. El “Tuca” pide que traigan a André-Pierre Gignac a Tigres. No le dicen que no y ya dio resultados. Su costo, según Transfermarkt es de 8 millones de euros. Imaginen todo lo que podrían hacer con ese dinero. Todo. Dudo que quisieran guardarlo en una tarjeta de Banco Azteca y dejarlo ahí hasta que el plástico caduque.
Desafortunadamente esto es lo que sucede en la Liga MX. Digo desafortunadamente, porque ahora los futbolistas de las canteras van a tener que dejar más sudor en la cancha, van a tener que trotar una hora más, ir al gimnasio tiempo extra. Por lo que no tendrán tiempo de subir sus fotos festejando goles como Cristiano Ronaldo en contra de Rodolfo “El manos de mantequilla” Pérez. Y esto es una realidad, el futbolista mexicano no quiere llegar a Primera División para ser mejor, sino para que hablen de él, para que su nombre salga en los periódicos.
Nadie me dejará mentir. Acá tenemos el caso de los “Niños Héroes” que ganaron la Copa del Mundo Sub 17 en 2005, muchos no hicieron nada y los menos consiguieron el sueño dorado del Viejo Continente, para después solo ganar dinero, tener relaciones amorosas con artistas y salir en revistas de sociales. Así podemos decir que ellos le quitaron la posibilidad a un español, a un inglés o a un nacido en su país de debutar en su propia liga, todo porque ganaron un Mundial y son los mejores. Yo no digo que no sea un mérito, pero después de eso no hubo nada.
Para tener la contra parte podemos hablar de Raúl Jiménez, un hombre que muchos podríamos pensar vive de aquella chilena espectacular contra Panamá, pero no es así. Hoy el delantero está en el Benfica, les dio varios puntos y goles vitales para convertirse en campeones y, sin lugar a dudas, es una inamovible de las Águilas Rojas. Llegó a Europa después de una buena actuación en México y después de dejar en la banca del América a Narciso Mina, un jugador que todos pintaban para ser la gran mancuerna de Chucho Benítez y terminó convirtiéndose en un flan para todas las defensas que tenía enfrente.
Este hombre fue vital para el título del América, le llenó el ojo al “Cholo” Simeone y de ahí emigró al futbol ibérico. Sí, hay varios casos como este, más o menos espectaculares, pero son los menos, es por esto que los clubes, las directivas y los mismos estrategas, toman la decisión de dejar en el campo a Dorlan Pabón y no meter a Santiago Rivera, un buen prospecto de Monterrey. Sí, por supuesto que para recuperar la inversión y que se saque con creces lo que se gastó en su fichaje.
El canterano tiene que mentalizarse en hacer lo suyo, en dejar de sentirse Lionel Messi cuando sus amigos de la secundaria van a verlo un domingo en su deportivo y ser más Lionel Messi cuando en realidad se le exija. Creo que el problema radica en la estrellitis y en que nadie puede sostener un millón de dólares en las bolsas de sus pantalones.